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Ochenta y ocho teclas: Eighty eigth keys.

El miedo escénico. - Cometer errores.

Aceptaremos que la perfección no es posible. No bajaremos nuestras expectativas, pero aceptaremos que somos humanos y que los errores llegarán. Dada la cantidad de notas que se producen en una actuación es poco realista esperar que nunca fallemos ni una.....Aceptando que pueden llegar no nos sorprenderán ni nos entrará el pánico.

Hay dos clases de errores:

 

  1. Deficiencias: se trata de acciones que somos incapaces de realizar en el instante y son signo de una preparación inadecuada. Deben situarse en primer lugar de la lista de cosas que estudiar tras la actuación.
  2. Errores sencillos: ocurrirán al margen de cualquier cosa que hayamos podido preparar.

 

Evitemos el error común de ofrecer a la audiencia el comentario de los errores cometidos, sea con gestos o movimientos. Si silenciamos el error, casi siempre seremos los únicos en notarlo.

Si tenemos un bloqueo de memoria tan fuerte que no podemos continuar con la nota siguiente, saltaremos a la siguiente frase o sección que recordemos. Si no lo podemos hacer, volveremos al principio de la obra. Miraremos a la audiencia como amigos, no como a enemigos. Lo único que quieren es escuchar nuestra música, y quieren que lo hagamos bien. Hay que abandonar la idea de que todo suena bien en el cuarto de estudio y fatal en escena. Donde debemos ser hipercríticos es estudiando. En el escenario hay que enfocarse en lo que suena bien.

A veces puede parecer en el escenario que el tiempo se detiene. Todo se ralentiza y dura más. Este fenómeno puede usarse como una ventaja si mantenemos la concentración. Tomaremos todo el tiempo necesario para preparar el tempo posición de acordes, etc, mientras estemos concentrados.

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