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Ochenta y ocho teclas: Eighty eigth keys.

El miedo escénico. Memoria

El cultivo y desarrollo de la memoria es un factor cada vez más valorado dentro del proceso de aprendizaje musical. Si bien hace algunas décadas los pedagogos se mostraban reacios a que los alumnos tocasen de memoria, hoy en día casi sin excepción, se reconoce la memoria como una de las cualidades más valoradas de un músico. Cantantes, directores, solistas instrumentales, se enfrentan en las salas de concierto a las grandes obras casi siempre de memoria. En palabras de Casella : " una composición no retenida mentalmente no está del todo asimilada ".

La memoria, como el resto de las cualidades musicales, las poseen algunos estudiantes en mayor grado que otros. Algunos retienen las obras de forma natural. Para otros la ausencia de la partitura se convierte en motivo inmediato de ansiedad, hasta el punto de no poder tocar dos frases seguidas. Dividimos la memoria musical en auditiva, visual y motora. Por paradójico que pueda parecer la auditiva es la menos relevante. Permite recordar melodías, ritmos o armonías. Constituye un recuerdo sonoro despojado de cualquier reflexión musical.

La memoria visual,que puede provenir de la auditiva o del contacto directo con la partitura, comporta la traducción gráfica de los sonidos. El estudio, la reflexión y el análisis de la música como un tejido ordenado de relaciones, como un sistema, se desarrolla en la mente del músico mucho más en el ámbito de imágenes - como signos o símbolos- que en el ámbito del tecnicismos cuya complejidad y velocidad de algunos pasajes sobrepasa con mucho la retentiva visual.

Donde ojos, mente y análisis no llegan, llega la memoria motora, la famosa memoria de los dedos que nos permite tocar en forma instintiva. La memoria auditiva y la visual tienden en el músico a la equivalencia. Un buen músico es capaz de ver en su interior lo que está tocando y de escuchar interiormente la partitura que está mirando. " Ver por oídos, oír por los ojos " . La memoria motora es, sin embargo, independientemente de las dos anteriores y constituye un poderoso refuerzo para las mismas. Con confianza en la memoria motora, poco miedo es necesario a las lagunas mentales.

Para un estudiante de grado medio o superior debe tenderse a que las tres memorias avancen juntas. Debe comenzarse por una labor de comprensión global, donde reflexión y análisis ocupen el primer plano. Cuando el alumno tenga una idea, por somera que sea, de la obra, debe sentarse al piano y comenzar a tocar.

La resolución de los problemas técnicos y la profundización del análisis han de caminar juntos.

Las ventajas de la interpretación de memoria frente a la interpretación con partitura son obvias. Conviene iniciar cuanto antes al estudiante en esta práctica, al objeto de evitar que cristalicen miedos y ansiedades. Debe comenzarse con pasajes breves sin problemas técnicos. Hay que invitarle a que toque de memoria en actos de poca responsabilidad, de forma que se fomente su autoconfianza,

4 comentarios

Heinrich Schütz -

No, no, no lo sientas, porque no es lo único que se deduce de lo que escribes. Sin embargo, la idea principal es esa y no está alejada de la realidad: un buen intérprete debe estar provisto de una buena memoria. Si no, el trabajo es doble.

Se puede ser un gran músico sin demasiada memoria (un buen compositor, o un buen teórico, por ejemplo) pero a la hora de interpretar una pieza musical la memoria es prácticamente imprescindible, puesto que repentizar una obra es muy arriesgado, y si no la estamos repentizando estaremos usando de un modo u otro alguno de los tipos de memoria que comentas en tu escrito.

Gracias.
Un saludo.

mariateresaramos -

Gracias Heinrich por tu comentario. Siento que la única idea que se haya desprendido de mi artículo sea que es necesario tener buena memoria. Toda persona tiene memoria y esta se ejercita, muchísimo más entre los músicos. Con unas buenas pautas de estudio y costumbre, tocar de memoria es relativamente sencillo.

Heinrich Schütz -

Del artículo se desprende la idea de que es necesario tener buena memoria para ser un buen intérprete.

Aquel que no la tenga se está enfrentando a un reto doble, pues además de asumir la tarea de asimilación de la obra debe además ejercitar la ejecución sin partitura.

Es lo que hay.

MC -

¿y qué pasa con los que no tenemos buena memoria?