Blogia
Ochenta y ocho teclas: Eighty eigth keys.

Antecedentes del piano

 

Características referidas a la evolución del estilo y de la escritura instrumental, del repertorio del clavicémbalo, el clavicordio y el fortepiano a lo largo del siglo XVIII

Precedentes al XVIII

Hasta mediados del siglo XVII los compositores hacían poca o ninguna distinción estilística entre los diversos instrumentos de teclado. Los intérpretes empleaban o bien el que les parecía más adecuado o el que tenían disponible. Simplificaciones como que las obras litúrgicas o aquellas en que se encuentran largas notas sostenidas parecen más apropiadas para el órgano, deben ser matizadas con la posibilidad de repetir las notas largas o de adecuarse al instrumento disponible. Aunque un número notable de compositores del alto Barroco supieron explotar las posibilidades individuales de órgano, clavecín y clavicordio, no es hasta mediados del XVIII que aparece un estilo distintivo para el piano.

El teclado hasta 1750

S XIV y XV: Aunque no nos queda repertorio anterior al XIV, sabemos que los instrumentos de teclado proliferaban antes. La escasez de partituras se debe a la costumbre de tocar desde la partitura vocal —una costumbre interpretativa aún ajena a las posibilidades de la mano— o improvisar —costumbre que va paliando la carencia anterior—. Estas dos prácticas dividen las dos categorías de la música para teclado temprana: la puramente instrumental y la derivada de lo vocal.

S XVI: En este siglo comienza a aparecer música impresa para teclado. La proporción de música no litúrgica va aumentando y las formas más puramente instrumentales ganan un puesto cada vez mayor, entre las que cabe destacar danzas, canciones populares, variaciones, preludios, toccatas… Entre lo derivado de lo vocal tenemos el ricercare, canzona, capriccio y fantasía. Inglaterra, si bien a la zaga en la publicación de piezas está a la cabeza en el desarrollo de técnicas de teclado, incluyendo ya, en ocasiones, pautas de acordes quebrados que serán en siglos posteriores tan usadas.

S XVII: Las principales formas introducidas en este siglo son suites o piezas relacionadas, emparejamientos de preludios y fugas, preludios corales y, ya a final de siglo, sonatas. El principio de siglo sigue dominado por Inglaterra, que en estas fechas tiene su gran escuela de virginalistas —texturas desde lo homófono a la imitación contrapuntística, número de voces siempre cambiante, gran ornamentación; la diferencia con el órgano reside en la ausencia en este último de figuraciones quebradas en mano izquierda—. Posteriormente destacan las ricas escuelas italiana y alemana, sobre todo ésta última estabilizando —Froberger— la forma suite.

S XVIII: Las sonatas adquieren una creciente importancia. El clave va, cada vez más reservándose para lo laico y el órgano para lo litúrgico El clavicordio, muy amado por algunos compositores, va siendo relegado por su menor dinámica y sus idiosincrasias específicas. El lenguaje se va haciendo cada vez más idiomático para los instrumentos, apareciendo autores tan específicos como Couperin, Scarlatti, Händel o Bach.

1750—1800:

La Ilustración, con su reacción contra la religión organizada, hace que el órgano decaiga en forma notabilísima. Supone el advenimiento del piano en forma arrolladora. Si bien en las obras de este periodo la influencia del clave no sólo es evidente sino que debe tomarse con un punto de duda la adscripción de ciertas obras al piano, el desarrollo es innegable.   

 

 

2 comentarios

mariateresaramos -

Julio, me alegra que mis articulitos te vengan bien para tu oposición. Sí, desde luego que iré publicando poco a poco más temas. Tranquilo, que estarán relacionados. Ojalá que además de venirte bien para tu oposición pudieres aprender algo. Mucha suerte y gracias por tu comentario.

Julio -

Me viene muy bien para la oposición, ¿vas a publicar más temas?