Eleanor Rigby
Pongo esta obra como una venganza contra los politonos, sonitonos, megatonos y mierdatonos que me bombradean desde hace ya demasiado tiempo. No es posible encender la televisión, escuchar la radio, salir a la calle,sin escuchar segundos de melodías que no van a ninguna parte, puestas de moda conscientemente para que duren diez días como mucho y a mí me traen frita.
¿De dónde? ¿De quién? Parece ser uno de los negocios más prósperos de España (supongo que también de otros muchos paises). Lanzarnos basura musical indiscriminadamente, una detrás de otra, hasta que nos cansemos, pero no nos cansamos. ¿Tendremos tan atrofiado el gusto, el oído?
Mi venganza es Eleanor Rigby, para todos ellos. Un gran temazo de cuatro jóvenes (lo fueron, hace ya algunos años) que no sólo hicieron buenas canciones, sino buenos temas, es decir, canciones que se pudieran versionar, y que marcaron desde un estilismo a una forma de ver la vida. Incorporaron hace más de cuarenta años, aunque hoy pueda parecer normal el cuarteto clásico que aparece en la versión original de forma clarísima. Utilizan el contrapunto. Utilizan frases, métrica y lírica que conforman una canción, simplemente una canción. Hoy por hoy echo de menos artistas que tengan un estilo propio, que además creen tendencia y que, desde luego, aporten alguna innovación en cuanto al estilo musical. Las pandillas de postadolescentes acnéicos vestidos de stock de Zara me tienen muy cansada. Su incultura llega a extremos. No puedo entender que no sepan quienes son los Beatles o Bruce Springsteen.
A propósito de la obra: es un mágnifico arreglo del escritor y compositor colombiano Edgar Ordoñez. Podéis visitar su perfil de YouTube haciendo click aquí. Son siete páginas de inteligentes efectos sonoros y de puro ritmo donde el compositor nos muestra su clara influencia bartokiana. Lo que yo destaco de este arreglo es lo siguiente: la ruptura de mecanismos. Tiene varios, identificadísimos y de muy corta duración. Desde las semicorcheas bastante articuladas a las negras acentuadas. Destacaría la delicadeza de la introducción y del finale, que nos lleva a un esperadísimo Adagio. Es un pequeño reto para poner los dedos en forma con un ritmo popero. Edgar ha jugado al perfecto equilibrio entre no ser demasiado jazz y con claras connotaciones clásicas.Cómo, con total ausencia de patrones conseguir un movimiento tan brutal. Una obra interesantísima y que siempre aporta al pianista de a pie los ecos sonoros que nunca nos deberían faltar. Os la recomiendo. Aprovecho para dar las gracias a Edgar Ordoñez por su generosidad al enviarme la partitura. Con trabajos tan extraordinarios la buena música está vigente. Que la disfrutéis y no os conforméis con menos.
Dedico esta canción a todos los amantes de las buenas canciones.
Nota: el arreglo de Edgar Ordóñez está dirigido a estudiantes de un claro nivel medio-superior.
I am presenting this composition as an act of vengeance against all those polytones, sonytones, megatones and excrementones which have been bombarding me for quite some time. You can’t even turn on the TV, or the radio, or go out into the street for a few seconds without hearing tunes or jingles that don't make any sense, that are deliberately set up fashions designed to last no more than 10 days, and quite frankly I am sick and tired of it all.
¿Where does it come from and from whom? It seems that one of the most lucrative businesses in Spain (and I suppose in many other countries as well) is that of indiscriminately churning out musical rubbish, one chunk after another, until we tire of it. The thing is that we do not tire of it. Why is that? Has our sense of good taste atrophied or our musical ear gone deaf?
The vengeance I wreak on all of them is “Eleanor Rigby”, a great and powerful theme which was produced by four young men (as they were, a few years ago) who wrote not only good songs but about good subjects. That is to say songs which were open to different interpretations. Their style was a milestone in our or vision of life. They got together forty years ago although, even today, it is quite clear that this quartet, in its original form is held to be still valid today. They use the counterpoint. They use metric and lyrical phrases which constitute a song: simply a song. Nowadays, I miss those artists who possess their own, individual sound and create trends and innovations in musical style. The spotty-faced “groups” just emerging from adolescence, clad in stock from Zara just make me tired. Their ignorant yobbishness goes to extremes. I cannot understand how they don’t even know who the Beatles or Bruce Springsteen are.
A propos of this opus that I would like you to hear: it is a magnificent arrangement by the colombian writer and composer Edgar Ordóñez. You can view his profile on YouTube by clicking HERE. These are seven pages of intelligent sound effects and pure rhythm in which the composer/ arranger shows the clear influence of Bela Bartok. What I’d like to point out in this arrangement is the rupture of mechanisms. It contains several, immediately identifiable and of very short duration, from the quite articulate semi-quavers to the accentuated black notes. Salient are the delicacy of the introduction and the finale which lead us to an eagerly awaited adagio. It is a bit of a challenge to place your finger right for the pop rhythm. Edgar has caught the perfect balance between not being too jazzy and the inclusion of evident classical connotations. How, with a total absence of set patterns does he achieve such an almost brutal movement. This is a very interesting piece which affords the work-a-day pianist those sonorous echoes which should never be lacking. I recommend you listen to this. I would like to thank Edgar Ordóñez for generously sending me the score. Works as extraordinary as this demonstrate that there is still good music around. I hope you enjoy it and will never be satisfied with anything less.
I dedicate this song to all lovers of good music.
Note: this arrangement by Edgar Ordóñez is intended for students of intermediate to advanced level.
2 comentarios
tigrankalevian -
mariateresaramos -