Nacionalismo
Entiendo por nacionalismo, el resurgimiento en música de una serie de naciones que habían estado más o menos al margen de la creación musical como: Rusia, Bohemia, Escandinavia, Hungría, Inglaterra, España y EE.UU. Debo también añadir la influencia de estas músicas sobre el resto de las naciones.
Se divide en dos períodos: el que surge en el Romanticismo alrededor de 1850 y dura hasta 1900 y el que se extiende hasta mediados del siglo 20 y se da principalmente en Hungría y España. El nacionalismo se enraiza plenamente en el Romanticismo y nace del interés por lo folklórico y antiguo y las esencias de cada pueblo.
Los temas centrales son la danza y la canción folklórica, pues son los tipos de expresión popular y nacional. Implica un sentimiento de rebelión política, en unos casos, y en otros un sentimiento de inferioridad del que se quiere salir creando una música propia superior. Tiene una gran riqueza melódica. No es ajeno al nacionalismo lo que más propiamente podría ser denominado exotismo, en el sentido de amor por lo folklórico, sin que tenga por qué pertenecer a la música popular de la nación del compositor. Así, por ejemplo, Glinka se ve profundamente afectado por la música popular española.
Cronológicamente la primera escuela nacionalista es la rusa, y sus compositores más destacados son los pertenecientes al llamado grupo de los cinco: César Cui, Balakirev, Rimsky-Korsakov, Mussorgski y Borodin. De todos ellos el más relevante en la historia del piano es Mussorgski, con sus celebérrimos Cuadros para una exposición. En esta obra, tanto las referencias populares rusas como a músicas de la antigüedad y exóticas potencian un lenguaje que se aleja de las leyes de la tonalidad. Si bien pianísticamente la aportación de este autor no es muy notable, su obra es imaginativa y rica.
Centrándome en las aportaciones pianísticas, debo nombrar al noruego Edward Grieg, con su concierto de piano y sus danzas y canciones noruegas. De EE.UU cabe destacar la música de Gershwin, enormemente influída por el jazz, sobre todo la Rapsodia en Azul.
Pero la figura señera de la segunda época de este movimiento es sin duda Bèla Bartok, con piezas que abarcan desde el Mikrokosmos hasta sus tres conciertos para piano, sin olvidar el Allegro Bárbaro (no confundirse y decir el Alegre Barbero, por favor). La contribución de la música húngara y de todo el este en general se traduce en poderosos impulsos motrices rítmicos, que encuentran su expresión en un piano que se trata como instrumento fundamentalmente percutivo.
Del nacionalismo en España, impulsado en gran medida por Pedrell, cabe destacar sobre todas las otras figuras el pianismo de Granados y sobre todo Albéniz, cuyo pianismo abarca desde el romanticismo más contumáz hasta auténticos preludios del impresionismo. El cronológicamente posterior Manuel de Falla supone el más destacado de los compositores españoles nacionalistas, y sus aportaciones pianísticas son fundamentales. El Concierto para clave o pianoforte - que por esta elección de instrumento no es el caso más destacable-, Las Noches en los jardines de España y la Fantasía Bética.
Compositores posteriores tales como del Campo, Guridi, Esplá, Turina. Montsalvage, Mompou o incluso Rodrigo, estimables como son, no han supuesto un avance pianístico significativo.
3 comentarios
mariateresaramos.blogia.com -
En cualquier caso, mi pequeña pretensión es poner de una manera clara lo que más o menos sé de este tipo de música, por si a alguien le viene bien y acepta mi entendimiento sobre el tema en cuestión. Me da la sensación de que perteneces a este grupo de personas. Lo que no sé es si lo compartes, te viene bien para algo o tienes opinión propia. Me gustaría que te animaras a hacer un comentario más extenso y no te limitaras a pedir solamente.
Por otro lado voy a subir otro artículo relacionado que ya tenía pensado previo a tu comentario.
Ojalá que en esta ocasión me hagas un comentario real.
Olivier -
CarlPhilipp -